Sublevación

ASESINATO: JOSE CASTILLO


El 12 de julio, tras asistir a los toros, es advertido por una militante socialista que corren rumores de que esa noche se va a atentar contra su vida, pero Castillo, tras un paseo con su esposa, decide incorporarse a su puesto como cada día. No obstante, a las diez de la noche, cuatro pistoleros de extrema derecha, le disparan. Auxiliado por el periodista Juan de Dios Fernández de la Cruz, que casualmente pasaba por el lugar, es trasladado a una casa de socorro cercana donde ingresa cadáver.


ASESINATO: JOSE CALVO SOTELO

En respuesta al asesinato de Castillo, sus compañeros se encaminaron al domicilio de José Calvo Sotelo, líder de Renovación Española, donde Condés encargó a varios guardias y paisanos que vigilasen los alrededores, y seguido por algunos otros penetró en el edificio con una orden de detención falsa del diputado monárquico, a quien pidieron les acompañase a la Dirección General de Seguridad. Aunque su hija y su mujer le suplicaron que no se lo llevasen, finalmente optó por acompañarles y se lo llevaron en una furgoneta.
En el banco delantero se sentaron el chofer, el Capitán Condes y José del Rey; en el segundo, algunos paisanos y guardias; en el tercero, que era de espaldas a la dirección, no iba nadie; en el cuarto, el declarante, el Sr. Calvo Sotelo y el guardia del Escuadrón de Seguridad, y, en el quinto, ‘el pistolero’. Se encaminó la camioneta calle de Velázquez abajo, y a los pocos momentos de emprender la marcha, cree fue al llegar al cruce con la calle de Ayala, sonó un tiro, y al momento vio que el Sr. Calvo Sotelo caía hacia la derecha y ‘el pistolero’ esgrimía detrás de él una pistola con la que, indudablemente, había disparado sobre la nuca de aquél. Al instante, vio como ‘el pistolero’ hizo un segundo disparo sobre la cabeza del Sr. Calvo Sotelo, cuando ya éste estaba cabeza abajo. Entonces el guardia del Escuadrón se pasó al asiento de atrás. ‘El pistolero’ exclamó: ‘Ya cayó uno de los de Castillo’, y al mismo tiempo Condes y José del Rey se cruzaron miradas y sonrisas de inteligencia.